Homenatge a Juan Buyse. (Revista Desnivel, 2002).

Homenatge a Juan Buyse (Flandes 1916 – Siurana 2002). (Revista ‘Desnivel’, 2002).

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Text i fotos: Desnivel.com.

Fallece Juan Buyse

De origen belga, coordinó el Equipo de los Tresmiles, responsable del catálogo Los Tresmiles del Pirineo, actual listado oficial UIAA. – Desnivel 12.09.2002

El pasado 26 de julio nos dejaba un hombre estrechamente ligado a los Pirineos, y especialmente a sus conocidos tresmiles. A la edad de 89 años, Juan Buyse fallecía en Siurana, localidad en la que residía desde hacía mucho tiempo. De origen Belga (Flandes, 1913), Buyse recaló en esta localidad tarraconense en 1950, dedicándose desde entonces a realizar lo que terminaría por convertirse en el listado más exacto de los tresmiles pirenaicos. Lo hizo a través de un folleto que con el tiempo, y gracias a la labor de un Equipo de pirineístas españoles y franceses coordinados por él, terminaría por convertirse en la Lista Oficial de los Tresmiles de Pirineos de la UIAA, que también mantiene otra similar de los cuatromiles de los Alpes.

Un trabajo que también tuvo su vertiente polémica, la conocida “topolémica”, ya que para algunos, ni el número, ni la re-bautización de algún pico propuesta por Buyse y su equipo, eran válidas. Aquello se dejó notar en el grupo con disidencias y expulsiones. Pero lo cierto es que tras su catálogo Los Tresmiles de Pirineos, existe un trabajo arduo y encomiable por conseguir la relación más detallada y científica de estos símbolos del Pirineo. A continuación, publicamos una carta con la que los miembros del equipo ofrecen su particular homejane a su persona y su trabajo.

Juan Buyse, El Veterano

juanbuyse_casaCon él se van los valores de los hombres de principios del siglo pasado, la integridad, el coraje, la amistad, la verdad, la razón fruto del trabajo duro. Amante de la música, de la ópera, de los idiomas, de los amigos, de la montaña. Una vida plena, centrada en su trabajo, en su esposa Anita, en sus aficiones. El rigor con el que se enfrentaba a cualquier reto, era el seguro de su éxito. Éxito conseguido en su empresa, con sus primeras amistades españolas cultivadas después durante toda su vida, en su casa de Siurana, en sus aficiones musicales, en sus aficiones montañeras.

A la comunidad montañera nos ha dejado una obra que perdurará siempre. Sus Tresmiles del Pirineo y el movimiento generado alrededor, fue su vida y lo seguirá siendo después de hoy en todos los que aman lo que él amó. El máximo organismo montañero, la UIAA, le otorgó merecidamente el reconocimiento por su trabajo adoptando en 1995 la lista de los tresmiles como la lista oficial de la UIAA. Juan nos ha dejado, y quedamos nosotros, los que hemos tenido el privilegio de conocerle, de compartir momentos de amistad, cada uno de éstos, una lección de vida, de humanidad. Algunos le guiamos en la montaña hacia sus queridos tresmiles, pero él nos guió en la vida, con sus actos y su ejemplo. Juan, hombres como tú, ya no quedan y no es justo que te perdamos, que nos abandones. Tú hiciste cierta aquella frase de Unamuno: “Si es la nada nuestro destino, hagamos que esto sea una injusticia“.

Juan Buyse nació en Flandes y murió en Siurana, el 26 de julio de 2002. Tenía 89 años.

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Juan Buyse coordinó un equipo de más de treinta pirineístas franceses y españoles para censar todos los tresmiles del Pirineo y posteriormente recoger en el libro Los Tresmiles del Pirineo un estudio enciclopédico abarcando toda la temática relacionada con los mismos y su entorno

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ENTREVISTA -Entrevista publicada en Grandes Espacios en julio de 1998 (Nº 25)

Juan Buyse, pastor de tresmiles

Nació en la llana Bélgica pero es un hombre de las alturas. Como un pastor de ovejas conoce el nombre y lugar de cada una en el rebaño, Juan Buyse mima cada tresmil pirenaico. Por Dioni Serrano – Desnivel 12.09.2002

buyse_mesa350pxSu obra, Los Tresmiles del Pirineo, que comenzó siendo un humilde y soso folleto, se ha convertido en el más riguroso, completo y ambicioso censo de las cumbres de más de 3.000 metros de la fascinante e inevitable cordillera de Los Pirineos. Cualquier persona que entre de improviso en la casa de Juan Buyse lo encontrará junto a su mujer, Anita, sumergido en una montaña de música. Después de haberse jubilado y dado por terminada su función de coordinador en la elaboración de Los Tresmiles del Pirineo se dedica a lo que le gustó hacer toda la vida: poner orden. Su labor dista de ser tediosa. Se ha empeñado en fichar y reseñar todos y cada uno de los cientos de discos coleccionados durante años de amor por la música clásica.

Juan Buyse nació en Flandes en 1913, aunque desde 1950 reside en España. Este belga nacionalizado español eligió la pintoresca localidad tarraconense de Siurana para establecerse con su esposa Anita quien, convertida en su particular colaboradora, dibujó todos los mapas y buena parte de los croquis de todas las versiones y ediciones de la obra que escribió y coordinó, Los Tresmiles del Pirineo. Es muy probable que Buyse pase a la historia del pireneísmo como coordinador del Catálogo de los tresmiles del Pirineo, un grueso volumen de 542 páginas con un marcado carácter enciclopédico que recoge información geológica, botánica, histórica y deportiva de esa cordillera. Pero sobre todo, el catálogo es el censo más exacto y completo de las cimas de más de 2.999 metros de Los Pirineos.

El proyecto de coordinar una lista de tresmiles se le ocurrió a Buyse de la intersección de dos fenómenos. El primero para colmar un vacío editorial; el segundo, como resultado de una reflexión sobre la especie humana: para Buyse una persona no puede salirse de sí misma y cualquier creación refleja la propia personalidad del creador. Ése era, para él, el principal defecto de las listas de tresmiles que se habían editado hasta entonces. Cada una de ellas reflejaba la impronta de su autor y la consecuencia inmediata era medio siglo de listas individuales de tresmiles, confeccionadas según los criterios de cada autor. Para evitar este caos de altitudes y de nombres, a Buyse se le ocurrió reunir a quienes se sentían atraídos, deportiva o emocionalmente por la cadena pirenaica; claro que cada uno de los elegidos hubo de firmar un documento comprometiéndose a ayudar a Juan Buyse de manera gratuita y a no reclamar más tarde ningún tipo de recompensa.

Quienes aceptaron estas condiciones tuvieron que someterse también a la curiosa manera de toma de decisiones en el seno del grupo: por mayoría simple. Algunos no aceptaron, otros se esfumaron y algunos fueron expulsados pero el grupo y el libro siguieron adelante, dejando a su paso éxitos y decepciones. Venera por encima de cualquier pireneísta a Robert Ollivier, gracias a cuyas guías miles y miles de excursionistas recorrieron los senderos del Pirineo. Buyse pensó que la mejor forma de recompensar a su amigo Ollivier era la de re-bautizar alguna cumbre con el nombre de su amigo, lo que le valió algunas enemistades. Contra los que protestan contra sus bautizos de cumbres esgrime argumentos sobre lo efímero de la vida: “Hay otros ejemplos de cambios de nombre y yo me acojo a esta circunstancia para hacer mis propuestas de bautizo de cumbres. Pero esto no lo entienden los puristas y piensan que dañamos la historia del Pirineo, pero yo no obligo a nadie a utilizar la toponimia propuesta en el catálogo de los tresmiles“.

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Imagen de tiempos pasados, recorriendo el Pirineo, su gran afición

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Es muy probable que su nombre quede ligado para siempre al del Pirineo gracias a Los Tresmiles del Pirineo, sin embargo, no sabemos nada de su actitud deportiva hacia este macizo y hacia el montañismo en general ¿Le ha interesado alguna vez abrir una vía o realizar alguna proeza deportiva en la montaña?

Mi actitud deportiva y la afición a la montaña me vino por entregas. Nací en Flandes, tierra llana como la palma de la mano con elevaciones esporádicas que no llegan a los 50 metros. En los años treinta, viviendo en Bruselas, me aficioné mucho al camping y a la bicicleta y durante los años treinta atravesé los Alpes de norte a sur y de sur a norte; en total 33 puertos de montaña: como puede verse aquí empieza el coleccionismo… En 1936, un joven suizo en cuya finca acampaba, me llevó desde Kandersteg (1.200 m) al Grosses Hockenhorn (3.400 m). Un bautizo alpinístico para no olvidar nunca. En lo que al Pirineo se refiere, en 1953 desde Barcelona (y provistos de salvoconductos), iniciamos su paulatino “descubrimiento”. Pero nunca tuve interés en abrir vías ni en realizar alguna proeza que no fuera vencer los obstáculos y dificultades para alcanzar el objetivo fijado. Sin embargo, si subí cuatro veces al Aneto fue siempre por una vía distinta. No me siento atraído por la competición, considerándome bien servido en materia de esfuerzos con los requeridos para vencer la fatiga y mejorar las marcas propias.

Un catálogo de picos que sobrepasan los 3.000 metros no parece, a primera vista, un libro atractivo. Sin embargo, en ocho años ya se han publicado cinco ediciones ¿Esperaba que el libro alcanzara tanto éxito? ¿A qué se le puede atribuir?

En su pregunta cita primero el catálogo y luego el libro lo que, aunque íntimamente ligados, son dos cosas distintas. Cuando dimos los primeros pasos en 1986 no se pensó en absoluto en un libro. El único objetivo era realizar un censo de los tresmiles que fuera exacto, completo y definitivo. Conseguido el objetivo inicial, resultaba que nuestro trabajo ocupaba 14 páginas, a veces de sólo 7 líneas cada una, y nadie tenía la menor idea de que al final ofreceríamos a la afición un volumen de 542 páginas. El hecho de que el libro lo compongan, además del catálogo, cuatro partes y ocho anexos, es porque llegué a la conclusión de que nunca me perdonaría haber utilizado una serie de colaboradores sólo para ayudar a hacer un censo sin aprovechar sus amplios conocimientos del Pirineo. El éxito del libro se debe a que en contraste con todo lo que se había hecho anteriormente empezamos por fijar unos objetivos y formular unos principios básicos: sustituir trabajos individuales por trabajos colectivos; admitir la existencia de dos clases de tresmiles y formular unos criterios de admisión y de selección para aplicarlos en cada caso. Y, sobre todo, no contentarse nunca con con algo aproximado o medio hecho, sino profundizar en todo para acercarse a la perfección.

buysedepeu_350px¿Cuáles eran las principales razones que le animaron a realizar el catálogo de cumbres?

La principal razón fue dotar a los pireneístas de un censo de tresmiles que fuera generalmente admitido. Existen muchos testimonios de que lo conseguimos y prueba de ellos es que varias publicaciones consideran esta obra como la referencia en cuanto a la cotación y la toponimia de los picos que superan los 3.000 metros en el Pirineo.

En una carta abierta que dirigió a los medios de comunicación (a la que hace referencia en Los Tresmiles del Pirineo) sugería cambiar el autor colectivo “Equipo de los Tresmiles” por el de “Pirineo sin fronteras”. Ahora que han transcurrido varios años desde entonces y que Europa se aproxima cada vez más a la unión política, ¿Piensa que el Pirineo conserva todavía el valor simbólico de frontera?

Es una cuestión de criterio personal que puede ir de un extremo a otro. En 1953 vi cómo un destacamento de carabineros, bien provistos de sal, llevaban del Port de Boet a la Vall Ferrera una manada de cabras que pastaban en la vertiente meridional, pero no deja de ser un caso aislado en comparación con los innumerables encuentros, sobre todo en refugios entre montañeros de ambas vertientes. Además, para mí sobran todas las actuales fronteras en el marco de la Unión Europea.

Entre 1953 y 1981 asegura que siempre aprovechó las vacaciones de verano para recorrer los Pirineos y subir a 127 de los 129 tresmiles principales. Desde este conocimiento del macizo, ¿Qué picos prefiere y por qué?

Las preferencias que expreso son muy subjetivas y consecuencia de muchas circunstancias y del estado de ánimo. El Montardo d´Arán no lo podré olvidar porque fue el primer pico pirenaico al que subimos. La Forcanada tiene un atractivo especial; por un lado debido al cariño que le profesó Alfred Tonnellé que le dedicó su “Forcanada, mi bella novia, ¿Cómo brillas serena y radiante en la luz de la mañana?” y porque, escogido intencionalmente, fue mi pico pirenaico número 100. Visto desde el Posets, el Espadas ofrece un panorama impresionante. La primera vez que lo vi, en 1958, pensé que nunca podría llegar a poder hacer su travesía. Pero en 1981, después de casi 20 años sin Pirineo, su ascensión se hizo realidad. Fue una experiencia inolvidable. Siempre disfruté más en vías de escalada, aunque sólo de mediana dificultad, y entre mis recuerdos destaco la subida al Aneto por la Arista SW y bajada por la arista S, el Pic Long por su Arista N y el Néouvielle por la Arête des Trois Conseillers y también por su Arista E, por el paso de la Punta Ramougn.

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Buyse junto a su mujer Anita

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¿Cuáles son los principales problemas medioambientales que sufre actualmente el Pirineo? ¿Es necesario seguir adelante con los proyectos de nuevas vías de comunicación?

Creo que el Pirineo, y el mundo entero, tiene un montón de problemas de una importancia considerable. Lo malo es que raramente son casos sencillos y su solución siempre es compleja. No domino temas medioambientales y me abstengo de opinar, pero soy socio de Adena y de Mountain Wilderness. Confío en que los especialistas competentes resuelvan los problemas. Ahora bien, el crecimiento imparable de los desplazamientos supone un desafío. Creo que si se ha llegado a construir una carretera, a cielo abierto, desde Benasque hasta el lugar en que tendría que hacerse la entrada del túnel hacia Luchon no veo razón alguna para rechazar el soterramiento. Algo menos claro veo una prolongación de la carretera de Gavarnie al Puerto de Bujaruelo, pero creo que tarde o temprano se hará.

Hacer trabajar en la misma dirección a todos los miembros del equipo que participó en la redacción del libro habrá sido uno de sus primeros logros ¿Se debe a que su proyecto era atractivo, a sus dotes de unificador de voluntades, a la metodología empleada…?

Si usted conociera mi trayectoria profesional no me formularía esta pregunta sobre mis dotes de unificador, pero creo que mi éxito se debe a lo atractivo del proyecto. Quedé extrañado de su acogida, incluso en estado embrionario. Entre los que se enteraron de él como Robert Ollivier, Louis Anglade, redactor-jefe de la revista Pyrénées o Jean Garnier, presidente del Comité de Massif Pyrénées, de la Federación Francesa, el catálogo tuvo un impacto considerable. En cuanto a la metodología, los miembros del equipo recibieron 45 encuestas y 245 preguntas o consultas, lo que representaba un total de 751 páginas. El intercambio de correspondencia sumó 2.505 páginas. Tardé un año en seleccionar y ordenar el archivo que refleja el trabajo del equipo. El inventario de este archivo constituye un volumen de 116 páginas y la obra supuso un gasto de 80.000 pesetas en cintas de máquina de escribir y 700.000 en fotocopias.

Imagino que uno de los principales problemas del libro ha sido decidirse por una cota definitiva entre todas las que figuraran en las fuentes consultadas ¿Qué pautas seguía para decidirse por una cota o por un nombre?

Este tema nos parecía tan importante que en el libro le dedicamos seis páginas y resulta difícil comentarlo en unas líneas. Para determinar las cotas de picos no estábamos formados, preparados, ni equipados por lo que no nos responsabilizamos de las mismas. En nuestras decisiones intervinieron las cotas del Institut Géographique National francés para los tresmiles de Francia y de la frontera. Los mapas de la editorial Alpina para los tresmiles de España y, mas tarde, para los catalanes, los datos del ICC con sede en Barcelona. Y para los tresmiles no cotados en ningún mapa, las cotas levantadas por el geógrafo francés del Institut Géographique National, Henri Baudrimont.

¿No piensa que su esfuerzo por normalizar la toponimia de los tresmiles choca y chocará siempre contra la inercia de pireneístas, editores o instituciones y que, de todos modos, esa toponimia sufrirá cambios en el futuro?

Resulta que soy enemigo nato de todo lo anárquico y ferviente partidario de todo lo que es método, sistema y orden. Esta primera reacción a esta pregunta es porque es un hecho indiscutible que cada cual escribe los nombres según su propia versión y desconozco la existencia de reglas o convenio alguno. Y como el tema me apasiona, redacté el capítulo 22 en el que ¡ojo! no digo “reglas para aplicar…”, sino “reglas observadas por el equipo de los tresmiles…”. Es decir, que no pretendemos obligar a nadie a que utilice la toponimia que nosotros utilizamos. Formulamos unas reglas que serán buenas o malas y las hemos aplicado en nuestra obra. La intención es que cada cual tome lo que hemos hecho como ejemplo, lo comparta y corrija lo que estima que debe corregir. Ignoro la suerte que pueda correr el catálogo de los tresmiles y mis esperanzas son más bien pocas. Un gran filósofo dijo: “No es necesaria la esperanza para emprender ni el éxito para perseverar”. Bien, pues yo emprendí sin esperanza. Me acostaré tan feliz y el porvenir nos dirá.

¿Se puede seguir hablando de “Pireneísmo” en el siglo XXI con las connotaciones de descubrimiento que están asociadas a esta palabra?

Todo depende de qué se entiende por pireneísmo. Mi impresión es que el término se está implantando y tiende a sustituir la locución “alpinismo en el Pirineo”.

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Text i fotos: Desnivel.com. Muntatge web: Cornudella web.
Fallece Juan BuysePublicat a Cornudellaweb.com: 2006. Publicat amb noves fotos a Cornudella Blog:06/08/2014.
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4 respostes a “Homenatge a Juan Buyse. (Revista Desnivel, 2002).

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